Scones súper exprés
Es de tarde y no tenés nada rico para merendar… ¿Creés que preparar algo te llevaría una vida? ¡Error! Esta receta de scones no puede ser más fácil y rápida de hacer.
¿Qué lleva?
- 2 y 1/2 tazas de harina.
- 3 cucharaditas de polvo de hornear.
- 1 cucharada sopera de sal.
- 1/3 taza de aceite.
- 1/3 taza de leche.
- 1/3 taza de agua mineral con gas.
¿Qué preciso?
- Un recipiente y un tenedor común o una cuchara de madera.
- Tazas de medida (o usá una taza cualquiera y calculá a ojo las fracciones).
- Una asadera.
- Una cocina con horno.
- Un cortante de galletas (no es imprescindible).
¿Cómo se hace?
En el recipiente poné la harina, la sal y el polvo de hornear. Hacé un hueco en el centro y echale los tres líquidos. Remové hasta que se integre todo y tiralo sobre una tabla o una mesada. No tenés que amasar, solo apretarla bien y aplastarla hasta que quede de entre 1 y 2 centímetros de grosor parejo.
Andá prendiendo el horno a 180º.
Usá un cortante de galletas (o el borde de un vasito de licor, si tenés en casa) para cortar los scones y andá poniéndolos en la asadera. No es necesario ponerle aceite ni nada a la asadera, no se van a pegar. Si no tenés ni cortante ni vasito, no desesperes: dale a la masa una forma cuadrada o rectangular y cortá con un cuchillo cuadrados más o menos parejos del tamaño que quieras.
Hornealos unos 20 minutos. Podés ir fijándote que la parte de abajo se dore y que la parte de arriba luzca bien seca, no necesariamente debe dorarse. Si te genera dudas, sacá uno y probalo. 😉
Variantes
Hay miles de variantes para esta receta. La más clásica es ponerle abundante queso rallado a la harina y hacer scones de queso. Pero también podés ponerles semillas, condimentos secos (ajo y perejil, albahaca, tomillo, el que más te guste), cubitos chicos de fiambre…
Podés cambiar la sal por 1/4 taza de azúcar y hacerlos dulces. En este caso, podés también ponerles azúcar o pintarlos con miel diluida por arriba antes de hornearlos.
Podés comerlos así nomás o esperar a que se enfríen, cortarlos al medio y ponerles algo de relleno (fetas de jamón y queso, algún queso crema con gustos, mermelada, lo que quieras).
Tips
Cuando los pongas en la asadera, fijate que te queden bien cerquita entre sí. Al crecer en el horno se van a “ayudar” a subir y quedar bien altos en lugar de ensancharse.
Si te copás y hacés más de una receta, podés conservarlos congelados y los recalentás cuando los quieras comer, en el horno o al microondas.
Dato irrelevante (o no)
Esta es la receta preferida en las reuniones de trabajo del equipo de Harta <3