Ilustradora: Majo
¿Qué es la revictimización y cómo podemos evitarla?
Muchas veces se habla de que es importante denunciar en la Justicia los casos de acoso, abuso y violencia que vivimos las mujeres, pero obviamos algo muy importante: la revictimización.
¿Qué es la revictimización?
La revictimización es un sufrimiento extra que viven las víctimas por parte de las instituciones y los profesionales que se encargan de atenderlas (por ejemplo, psicólogos, peritos, jueces, etc.).
Es decir: una persona ya fue víctima de una violencia en un pasado y, al momento de hacer una denuncia, vivir un proceso legal al respecto o ser atendida por las secuelas, sufre nuevos tipos de violencia relacionados. Se le hace revivir el momento doloroso, las emociones pasadas, no se le ofrece ayuda adecuada a su situación.
¿Quién ejerce la revictimización?
A diferencia del hecho violento de origen, que puede haber sido provocado por un familiar, una pareja, un allegado o un desconocido, quien ejerce esta nueva violencia no tiene que ser necesariamente una persona puntual. Quien revictimiza puede ser un grupo o una determinada estructura.
El ejemplo más común es el sistema judicial de un país, que muchas veces durante el proceso que lleva adelante contra quien cometió la violencia, termina violentando también a la víctima, haciéndola declarar, revivir el momento, presionándola a aportar pruebas…
Otro caso bastante común de estructuras que revictimizan es los medios de comunicación, que muchas veces no respetan la intimidad de la víctima en su afán por dar la noticia.
¿Qué genera la revictimización?
El impacto psicólogico de revivir y actualizar constantemente el hecho violento en la mente de la víctima es enorme: se puede experimentar angustia, ansiedad, depresión, complejo de culpa (por tener que explicar una y otra vez por qué se sufrió una violencia para que “le crean”), estrés postraumático, entre otros.
Además, poner a la persona pura y exclusivamente en el lugar de víctima (obviando todo lo que fue, es y será por fuera de ese hecho violento) genera un estigma donde la víctima solo podrá ser eso por el resto de su vida, aislándola socialmente, marginándola y no permitiéndole seguir su vida.
Sí, la víctima es víctima, pero también es un ser humano con gustos propios, una profesión, una familia, amigos, y permitirle seguir su vida al ritmo que necesite va a ser positivo. Dejarla eternamente en el papel de víctima modificará su vida entera: sus relaciones interpersonales, su vida social, su vida cotidiana, su actividad profesional…
¿Qué podemos hacer para no revictimizar a alguien?
Si alguien te cuenta que fue víctima de algún tipo de violencia, o vos sabés de algún caso de violencia sistemática (por ejemplo, con todo el tema de VaronesCarnaval) hay cosas clave que podés hacer:
- Si el caso es muy mediático, no compartir datos de la víctima, intentar preservar al máximo su privacidad y sus derechos.
- No hacer comentarios que puedan interpretarse como justificación del acto violento, por ejemplo: “ya tendrías que saber cómo son esos espacios” o “vos fuiste a la casa de él sabiendo que estaba solo”. Nada justifica ningún tipo de violencia, y la víctima no es culpable ni provoca el acto violento.
- No poner en duda a la víctima ni pedirle “pruebas” o hacerle preguntas intimidatorias.
- Entender las necesidades de la víctima: si te dice que necesita charlar, escuchala; si te dice que precisa intentar que su vida sea normal, hagan lo que hacían siempre en su día a día.
- Comentarle que puede acudir a apoyo psicológico y ofrecerle buscar una opción útil para ella. Muchas veces nos olvidamos de este pilar fundamental para sanar y es importantísimo tenerlo en cuenta.
- Entender a la víctima respecto a si quiere o no hacer una denuncia.