¿Por qué no soy así? El problema con las mujeres adultas interpretando adolescentes
Las historias que vemos en series y películas dejan su marca en nosotras. Como la forma en que entendemos el amor, la amistad y las relaciones, las ganas de viajar a tal o cual país, la manera en que queremos vernos y lo que esperamos de nosotras mismas.
Una de las cosas que más nos afecta es cómo, una y otra vez, los roles adolescentes son interpretados por adultos. ¿Te diste cuenta? En Gossip girl, una Blake Lively de 20 años interpreta a Serena, que continúa el liceo. Zendaya (17) es Rocky (13) en A todo ritmo. Emma Mackey interpreta a Meave en la nueva serie Sex education: Emma tiene 23, Meave 17. En Los juegos del hambre, Katniss tiene 16 años. ¿Jennifer Lawrence cuando la interpretó? ¡24! ¿La famosa película Mean girls, o Chicas pesadas? Rachel McAdams tenía 26 cuando interpretó a Regina George, de 16 años.
¿Por qué esto nos afecta?
A todas nos pasó: tenés 16 años y te mirás al espejo pero no sos igual a las actrices de tu serie favorita. ¿Por qué ellas están tan confiadas en su estilo, sin granos o puntos negros en la cara? ¿Qué pasa cuando en nuestras referentes no vemos nunca los “defectos” típicos de nuestra edad? ¿Cuando las vemos constantemente maquilladas y megaarregladas para ir al liceo y juntarse con amigas, cuestiones totalmente alejadas de nuestra realidad?
Cuando aquellas mujeres que, por su apariencia o personalidad del personaje, se vuelven modelos a seguir mantienen siempre una imagen de ajena perfección, esto nos afecta. Cambia la forma en que nos volvemos conscientes de los cambios en nuestros cuerpos, de la forma en que estos son más inestables, de las cosas que no nos gustan. Estamos siempre en una constante comparación, en un por qué no puedo ser así.
¿Por qué no contratar adolescentes?
Muchos directores de casting explican que las restricciones legales en la contratación de menores de edad es la razón por la cual optan por adultos para interpretarlos. La necesidad de tener un tutor en el set, de trabajar un límite determinado de horas, entre otras cosas, hacen de la contratación de adolescentes de verdad un costo extra para las producciones.
Además, las grandes producciones hollywoodenses son el principio (¿y fin?) de la construcción de estereotipos de belleza que interiorizamos todas las mujeres. Porque afrontémoslo: a pesar de algunas excepciones, las mujeres en el cine y la televisión son todas hegemónicamente “lindas”. Y para los grandes productores, las adolescentes no son negocio: granos, cambios en la voz, en el cuerpo y el rostro. ¿Quién les asegura que la chica hegemónicamente bella que contrataron va a seguir perteneciendo a estos estándares en un par de años? ¡Hay que pensar a largo plazo!
¿Y nosotras? Nosotras crecemos viendo a mujeres adultas haciéndose pasar por adolescentes. Crecemos viendo niñas interpretadas por niñas y enseguida el salto a la adultez. Los cambios típicos de la adolescencia no existen en la tele porque para este mundo que nos quiere perfectas, no somos suficiente.
Hace un tiempo leí una frase que decía que no tenemos por qué ser bellas o atractivas para merecer existir en este mundo. Hasta ahora, el cine no nos dejó existir. Pero tal vez, tal vez, estemos empezando a ganar la batalla.
19 años y con la meta de cambiar el mundo. Mis días se resumen en dormir, estudiar y tomar mate. Escritora aficionada y amante del orden. Copada con escribir sobre género, sexualidad y todo aquello que me tenga harta.
Ilustración: Cecilia
Este artículo fue ilustrado por una integrante de nuestro equipo de colaboradoras fijas. ¡Sumate vos también! Acá podés encontrar un formulario para ponerte en contacto con nosotras.