¿Muerte al macho?
[Opinión]
Hace un tiempo estaba con una amiga preparándome para una marcha y obvio que eso significa hacer carteles. Uno de los que elegimos fue “muerte al macho”, frase clásica de las protestas feministas. En una pausa del momento de pintar, mi amiga le sacó una foto para Snapchat. Al rato vimos que tenía un mensaje de un amigo: “Pah, se están yendo de tema con eso, me parece. No que no eran violentas, ¿eh?”.
“Muerte al macho” es una de esas frases que resuenan. Es normal que los movimientos sociales tengan gritos de protesta icónicos: el movimiento antirracista de Estados Unidos se une bajo “las vidas negras importan”, y la denuncia sobre la violencia de género en Latinoamérica con “ni una menos”.
Pero “muerte al macho” recibe una respuesta especial y causa las mayores ofensas entre quienes se oponen al feminismo. Muchos dicen sentirse atacados y justifican su idea de que las feministas son violentas. ¡Pero eso no es así! ¿Por qué? Porque macho no significa hombre.
Entonces, ¿qué es “muerte al macho”?
El feminismo usa macho de dos maneras: para denominar al hombre machista y a la construcción social de hipermasculinidad. ¿Qué es esto? La presión que se pone en los hombres desde chiquitos para cumplir con un ideal de hombre: un hombre es fuerte, un hombre protege a las mujeres, un hombre mantiene a la familia, un hombre hace deportes, un hombre se acuesta con muchas mujeres, un hombre no llora. Todo esto lo dice la sociedad, ¡y tiene consecuencias negativas para todes!
Cuando una feminista grita «muerte al macho» no dice muerte a los hombres: dice muerte a aquello que los obligan a ser. Las feministas pedimos la destrucción de estas limitaciones, queremos que a los hombres se les permita ser. Ser empáticos, sensibles, reales. Que puedan mostrar ese lado de su personalidad más relacionado con lo “femenino”, sin que se les ataque por esto.
Es la obligación impuesta sobre los hombres de cumplir con la figura del macho, no a los hombres, lo que queremos destruir para que todes podamos gozar de un mundo más sano y libre.
P.D.: Si querés entenderlo un poquito más, te recomiendo el documental La máscara en la que vives que muestra de forma muy clara cómo se educan y socializan los varones.
19 años y con la meta de cambiar el mundo. Mis días se resumen en dormir, estudiar y tomar mate. Escritora aficionada y amante del orden. Copada con escribir sobre género, sexualidad y todo aquello que me tenga harta.