fbpx
Chica sin rostro con pelo azul rodeada de iconos de redes sociales

Hablemos de doxing

ATENTI: Este artículo tiene lenguaje inclusivo*

15 Ene 2020 | Cuidate, Redactora: Cin

Todes tenemos un montón de información personal dispersa en el universo de Internet, nos demos cuenta o no. No toda esa información es privada, sino que hay cantidad de datos sobre nosotros que son públicos y que están en algún registro en la web. Pero, además, hay mucha información que sí es privada, que pertenece a nuestra esfera personal aunque no sea algo secreto o confidencial, que voluntariamente compartimos en las redes. Es algo completamente común en tiempos como los de ahora y todo el mundo lo hace. Entonces, ¿por qué debería importarnos?

El doxing

¿Has oído hablar del doxing? En inglés la palabra ya está hasta incluida en diccionarios y deriva de la abreviación de documentos (“docs”). Refiere a la práctica de hacer pública información privada sobre alguien, especialmente como forma de castigo o venganza (¿cómo lo diríamos en español? ¿“Documentear”? Hmm).

O sea: a alguien no le gusta mi cara, lo que digo o lo que pienso, así que busca información sobre mí para publicar en las redes. La información no es necesariamente mala ni secreta, pero puede ser algo que yo no quería compartir en ese ámbito o en ese momento. Puede simplemente ser mi nombre y foto, pero asociados a mi user de alguna red social en la que quería permanecer un poco más anónima. Es una típica práctica de trolls, pero también ha habido casos de personas públicas que se ven molestas porque alguien las critica en las redes y quieren ¿escrachar? a esa persona.

¿Por qué no está bueno?

Como habrás podido ver en la definición anterior, lo que no está bueno es la finalidad con la que se hace: venganza, castigo. Implica investigar detalles de la vida de la gente para exponerla, avergonzarla, lograr que otros la acosen o la critiquen o hasta que lleguen a causarle daño físico. Puede llegar a ser una forma exacerbada de cyberbullying.

En otros países ha habido casos que hasta se consideraron acoso, y en Estados Unidos incluso se han propuesto proyectos de ley para que el doxing y otras conductas de acoso online sean delito.

¿Qué hacemos con esto?

Esto no es para que entremos en pánico, larguemos todas las redes y nos vayamos a vivir a una isla desierta. Andar en auto hace que aumenten un montón las chances de tener un choque y no por eso dejamos de hacerlo, ¿no?

Simplemente está bueno saber que estas prácticas existen y son posibles por el contexto mismo en el que vivimos; antes existían otras modalidades de acoso y, según los tiempos, van apareciendo otras.

Por eso, lo importante es prestar atención, tratar de no compartir información demasiado personal o secreta que luego pueda jugarnos en contra y, siempre, usar las redes sociales y otros ambientes web con responsabilidad y cuidándonos a nosotres y a les demás.

Cin Bichito luchando contra el mundo since 1984. Tengo tantas cosas que quiero leer, escribir, aprender y probar, tanta música para escuchar, tantos lugares para conocer y tantos gatitos para acariciar que no me va a dar la vida, pero moriré intentando.

Ilustración: Vale Martins

En este artículo:

redes sociales – salud mental

Share This