¿El aborto? Un derecho
[Editorial]
El movimiento feminista tiene varias ramas; hay cosas en las que existe acuerdo y cosas en las que se difiere. Sin embargo, algo en lo que todas acordamos es que la interrupción voluntaria del embarazo (el aborto) es un derecho. ¿Por qué?
*Este es un derecho para todas las personas que pueden quedar embarazadas, sean mujeres o varones trans. De todas formas, para hacer el análisis un poco más accesible, vamos a referirnos a las mujeres como generalidad.
Autonomía sobre nuestro cuerpo
Lo más importante acá es entender que todas las personas tenemos que poder decidir qué pasa con nuestro cuerpo. ¿Queremos donar órganos? ¿Queremos donar sangre? ¿Queremos recibir una transfusión de sangre? ¿Queremos gestar un feto dentro nuestro por nueve meses? Hacer cualquiera de estas cosas (y muchas otras) contra nuestra voluntad es una enorme violación de nuestro cuerpo y nuestro derecho a decidir sobre este.
Además, es importante que tengamos en cuenta que no existe algo como un “niño por nacer”. Si estudiás una licenciatura, no sos una “licenciada por recibirte”, sos una estudiante. Somos lo que somos hasta que somos otra cosa. Cuando una mujer está embarazada, está embarazada de un feto. El feto no es autónomo, no es un individuo, no es una persona.
Los abortos se realizan (excepto en circunstancias especiales) antes de las doce semanas de gestación. A esa altura del embarazo, el feto mide menos de 6 centímetros (¡es más chico que la palma de tu mano!) y no tiene el nivel de desarrollo necesario como para vivir.
Muchas veces se habla también del lugar que ocupa el “padre” en todo el asunto y se reclama su derecho a decidir que ese embarazo sea llevado a término. Pero la cuestión acá es que el feto no es su hijo, no hasta que se decida conjuntamente entenderlo como tal o hasta que efectivamente nazca. Hasta ese momento, es un conjunto de células que crecen adentro del cuerpo de otro ser humano, que tiene derecho a interrumpir su desarrollo si ese es su deseo.
Sin ley, ¿no hay abortos?
Esta puede ser la mayor mentira de los antiderechos (mal llamados “provida”) y la mayor razón para entender la necesidad de una ley que garantice un aborto seguro para todas las mujeres.
Cuando el aborto es ilegal, los abortos no se terminan, solo se hacen más peligrosos para las mujeres que se los hacen. ¿Sabías que desde que se legalizó el aborto en Uruguay no ha habido ninguna muerte por este motivo? Antes era común, y lo sigue siendo en muchos países. Especialmente en mujeres de bajos recursos, ya que tienen que recurrir a métodos más peligrosos en espacios menos cuidados.
La supuesta división entre ser “provida” y “proelección” (pro-choice) no es tal. La ley de interrupción voluntaria del embarazo salva vidas. De miles de mujeres. La otra opción es apoyar el aborto clandestino e inseguro.
Base común del feminismo
Ser feminista y estar en contra del derecho al aborto es fundamentalmente una contradicción. Este derecho protege las vidas de todas las mujeres, nuestro goce de derechos sexuales y reproductivos. Este derecho promueve la autonomía política, social y económica de las mujeres. Este derecho nos pone un paso más cerca de ser dueñas de nosotras mismas.
El aborto es un derecho de todas las personas que podemos quedar embarazadas. Garantizar su acceso de forma segura y gratuita es responsabilidad del Estado.
Ilustración: Nat
En este artículo:
salud sexual y reproductiva – aborto – leyes y derechos – feminismo