Empoderate!
[Artículo de opinión]
ATENTI: Este artículo tiene lenguaje inclusivo*
En la lucha feminista se escucha un gran concepto que nos marca el camino: empoderamiento. Pero, ¿qué significa? ¿Cómo llega una a sentirse empoderada?
Según la RAE, empoderar significa «conceder poder a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida». Pero, ¿quién concede ese poder al colectivo? ¿El Estado? ¿El resto de la sociedad? ¿Dios? ¿Superman? La RAE se saltea que el colectivo mismo es quien tiene que concederse ese poder. Las mujeres, ¿entramos en ese tipo de colectivo que ejercería la acción de empoderar? ¿Estamos desfavorecidas socioeconómicamente? Pues claro que sí. Somos un colectivo que busca autogestionarse para mejorar nuestras condiciones no solo de vida, sino también de ser y de existir en este mundo.
El «empoderamiento de las mujeres» es un término de estrategia para la igualdad, que fue creado en 1995 como referencia al crecimiento de la participación de las mujeres en los procesos políticos, tales como tomar decisiones y acceder al poder, y fue usado por primera vez en la Conferencia Mundial de las Mujeres de Beijing.
Pero este término no solo alcanza la dimensión política, sino que también debe alcanzar (incluso antes) la individual y «casera», como yo le diría, la propia de cada una de nosotras. Empoderarse «caseramente» significa, en mi opinión, primero tomar conciencia del propio valor y poder como mujer individual, para más tarde encontrar el valor y poder colectivo que nos lleva a la lucha por la igualdad.
En esta sociedad patriarcal que nos agrede con sus estructuras de género, no estamos en la misma condición que los hombres para poder sentirnos dignas y tener amor propio. Por eso hay que hacerse consciente del poder individual que cada una tiene para recuperar la dignidad como personas. Se trata de encontrar tu propio valor y descubrirte como mujer en tu entorno, rompiendo con los estereotipos de género que toda la vida nos enseñaron.
¿Qué es una mujer empoderada?
Según un artículo del blog La Fruta Prohibida, una mujer empoderada es «la que se vale por ella misma», «se siente libre ante las adversidades» y tiene «confianza en ella misma y sus capacidades», entre otras cosas. Suena muy lindo y fácil así dicho, ¿no? Pero ¿cómo llegamos a ello?
Hay una frase que, desde que la leí algún día por Instagram, me quedó dando vueltas en la cabeza: «la revolución comienza por amarnos en un mundo que nos enseña a odiarnos». Creo que aprender a amarse a una misma es empoderarse como mujer.
Tomando en cuenta que la lucha feminista la creamos entre todas, a continuación te dejo varias formas que a mí (no significa que a todas debería) me hacen sentir una mujer empoderada.
Reconocé tu valor
Escribí una lista de razones por las que valés la pena y te merecés el mundo entero, y siempre tenela presente. Nadie puede definirte más que vos misma, nadie puede realzar tu valor más que vos misma. Si te olvidás de estas razones o no actuás sintiéndote válida, volvé a leerla y recordá quién sos.
También es muy importante que comiences a no avergonzarte de tus sentimientos o pedir perdón por ellos. Aceptá que tus sentimientos son igual de válidos que los de los demás. Este es el primer paso para comenzar a amarse a una misma y no disculparse por ser.
No tengas miedo a expresar tus opiniones. Sé clara al hablar, pero estate abierta a repensar con el otre también. Hablá con seguridad sobre tus ideas, tus experiencias y tus pensamientos. ¡Tu voz importa! No dejes que nadie la menosprecie.
Conocé tu cuerpa
Desafiate con tu cuerpa. Esto puede ser de varias maneras. Por ejemplo, con la depilación. Probá cuánto aguantás con pelos, observalos, tocalos, querelos… ¡También con la vulva! Si te depilás, pensá realmente si lo hacés porque a vos te gusta o si es para gustar a otros.
Otra forma puede ser jugando con el espejo. Contemplá tu cuerpa desnuda (o no), encontrá detalles que nunca habías notado, observá cada parte como queriéndola, como aceptándola y tomándola tal como es. Intentá quitar de tu mente los pensamientos que te lleven a criticar tu físico. Preguntate si realmente es algo que pensás vos, o si ese pensamiento está influenciado por alguien o algo.
A su vez, es fundamental que te animes a informarte sobre tu cuerpa. Cualquier duda que tengas sobre ella, es importante que la evacúes. Sea buscando en internet, preguntándole a tu madre, a una amiga, a páginas como Harta, etcétera. Es tu cuerpa y necesitás informarte sobre ella.
Recomendación de misión: si todavía no te conociste con nuestre amigue el clítoris, ¡animate a buscarle! Averiguá, mirate, tocá, ¡sin miedo! Te juro que una vez que le encuentres ¡es como descubrir América!
Salí de tu zona de confort
Probá cosas nuevas, actividades distintas, espacios nuevos para ser. Buscá desarrollar habilidades que nunca probaste antes, o en las que el típico pensamiento de «no me va a salir bien» o «yo no sirvo para esto» domina tu mente. Probá y fijate cómo te sentís realmente.
También es súper fundamental que hagas por lo menos una vez por semana algo que te apasione. Tu disfrute es clave para sentirte empoderada.
Buscá el poder colectivo
Comenzá a discriminar las relaciones tóxicas de las no tóxicas. No es para nada malo cuestionarse los vínculos que tenemos, sean pareja, amigues, etcétera. Al final, es bueno darse cuenta de qué personas realmente están para vos y te hacen crecer y cuáles te perjudican negativamente.
A su vez, no tengas miedo a pedir ayuda y así encontrar compañeras/compañeres en el camino de empoderarse individualmente, para llegar a un empoderamiento colectivo. Aprendé a reconocer también pedidos de ayuda, señales. Acompañá los procesos de las demás, aportando tus experiencias y aprendizajes, y escuchando las ajenas.
El empoderamiento no sucede de un día al otro, ni tampoco tiene un punto final. Es una decisión de cada día, una forma de manifestar tu ser en este mundo. Y vos, ¿qué estás esperando para empoderarte?
Redactora: Luz (Luz Mazas)
Ilustradora: Yle Quartino
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