Tres libros clásicos escritos por mujeres que deberías agregar a tu biblioteca
Por eso, en esta nota te recomendamos tres obras literarias escritas por mujeres que podrías agregar a tu biblioteca.
Frankestein (1818), Mary Shelley
¿Quién no ha visto referencias a este clásico del terror? El famoso monstruo creado con partes de cadáveres humanos que cobra vida a manos del doctor Víctor Frankenstein mediante un experimento macabro. Este personaje se convirtió en un ícono pop y sirvió de inspiración para otros personajes de cómics, novelas, películas y series de televisión.
Hay muchas interpretaciones sobre esta obra, desde la metáfora de un niño abandonado por su padre hasta la opinión de la autora sobre la masculinidad y cómo, por perseguir la gloria, el poder y la fama, puede descuidar a los suyos y llevarlos al sufrimiento. También hay que agregar que la autora muestra al hombre científico como a una persona que no le importan los resultados de sus actos en su afán de dominar la naturaleza humana. Mary Shelley nos hace reflexionar sobre la forma de aproximarnos a la ciencia y nos alerta sobre las consecuencias que lleva hacerlo de manera egoísta, sin pensar en el bien común.
Orgullo y prejuicio (1813), Jane Austen
Un clásico de la literatura inglesa: escrito por Jane Austen, la obra fue publicada de manera anónima en su primera edición.
Austen describe la sociedad británica de ese siglo de forma irónica e inteligente, sobre todo la vida de las mujeres de la campiña inglesa del siglo XVIII. La autora nos muestra el comportamiento y perfil psicológico de los personajes.
Orgullo y prejuicio se centra en el matrimonio, en la decisión que deben tomar las hermanas Bennet y las consecuencias que tendrán por ello, ya que en esa época era un tema de vital importancia, el centro de la vida de una joven inglesa.
Cuenta con una marcada sátira social llena de ironías y diálogos hostiles. La protagonista desea casarse por amor y no por un acuerdo para mejorar su posición económica y social; no dramatiza el hecho de poder quedarse soltera a causa de su pensamiento.
Elizabeth tiene sus propias opiniones y convicciones, como lo revela su frase: “Cuanto más veo cómo es el mundo, más me desagrada, y todos los días confirmo mi creencia en la incoherencia de los seres humanos y en la poca confianza que se puede depositar en las apariencias del mérito o de la inteligencia”. Una frase que tiene completa vigencia hasta hoy en día.
Matar a un ruiseñor (1960), Harper Lee
Esta obra mundialmente conocida hizo ganar a su escritora un premio Pulitzer y se convirtió en un clásico con adaptaciones cinematográficas y teatrales. Matar a un ruiseñor toca temas polémicos como la desigualdad racial, da grandes lecciones de tolerancia y condena los prejuicios.
La narrativa ligera y detallada es un deleite, además de ese plus que le da mostrar el mundo a través de los ojos de la niña protagonista. Resulta casi imposible no encariñarse con ella. Además hay mucha riqueza en los personajes del libro, en especial el abogado Atticus Finch, un modelo de integridad y justicia.
Animo a los y las amantes de la lectura a apuntar en su lista de pendientes estas tres obras o, por qué no, releerlas.